«Estoy realmente nerviosa, no suelo ponerme muy histérica con nada, pero es que hoy, es la «XV Gala de los premios Spring» de nuestra revista. Es decir, que ya os imaginais el nivel de histeria que puedo llegar a tener conforme va pasando el día, y es que, si que es verdad que está todo bajo control, hasta el más minimo detalle, pero cualquier situación puede alterar la organización de un evento.
-Hoy como cada día me he levantado a las 7:45, he desayunado mi bol de avena y yogurt 0% y he disfrutado de mi taza de café leyendo los periódicos digitales. A las 8:15 he salido para correr mis 8km diarios por kensington. A las 9:00 ya estaba en mi apartamento a punto para ducharme y comenzar el ritual de belleza para la gala de la tarde/noche. Hasta aquí, todo perfecto y todo puntual, como a mí me gusta. A las 9:15, tenía que llegar mi estilista personal, Stephanie, con el equipo de Peluqueria y maquillaje, bien, pues son las 10 y todavía estoy sola en el apartamento con el albornoz y la toalla enrollada en mi cabeza. Le he enviado a Stephanie 15 mensajes, de los que no ha contestado ni uno. La he llamado 5 veces, tampoco me ha contestado. En este punto y a las 11:00, voy a empezar a relajarme, que todavía faltan horas para el evento. Destapo una botella de Chardonnay del 2003, me encanta este vino, su aroma, su textura, como me llega al paladar…
Escucho de fondo el timbre de la puerta, y con el varios golpes de desesperación. Me despierto, miro el reloj de la cocina, y horror, son las 13:00!!! Dios mío, me había bebido más de media botella de vino esperando a Stephanie, me había caído hasta la baba en la encimera de la cocina. Señor!!! Esto no puede estar pasándome a mi!!! Voy corriendo a abrir la puerta, y por fin!!! Stephanie, entra en el salón, con sus largas piernas de 1,90 y su larga y rubia melena rusa. Vale, lo reconozco, quien fuera ella, pero es que a mí siempre me ha gustado rodearme de gente mejor que yo, es una forma de motivarme. Le pido explicaciones, y me contesta con un rotundo «no preguntes, mejor» (con acento ruso, eso os lo imagináis vosotros). Yo hago caso, me siento, no pregunto y me dejo llevar.
Empieza a desfilar gente por mi blanco e impoluto salón y Satephanie comienza a presentarlos: Jimmy el peluquero, Fran (de Francesca) la maquilladora, Mike el zapatero y Donatella la diseñadora. Que??? Que???, espera, rebobina… Donatella la diseñadora??? Stephanie deja que me ponga las gafas, a ver si me estás tomando el pelo. Has conseguido traer a Donatella Versace para que me vista y pueda venir a la fiesta???. La respuesta de la rusa a mi emoción momentánea de poder disfrutar de una de las grandes, me dejo otra vez helada. «He dicho que no prrrreguntes»(con acento ruso, os lo volvéis a imaginar)
Pues según horario previsto, debería estar en el palacio real, para la gala, a las 18:00. Y así fue, gracias a la mi rrrusa rubia de largas piernas y larga melena, llegué puntual y con más de 20 vestidos que Donatella Versace había traído para la subasta benéfica que íbamos a hacer en la gala.
Todo salió perfecto, los presentadores, los premiados, la subasta, la fiesta…
Al día siguiente, me desperté a la misma hora de siempre, hice la rutina de siempre y cuando me senté a disfrutar de la mañana comencé a pensar en el día anterior, y pude experimentar algo que hacía años no experimentaba»
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